Una tarea esperanzadora
Néstor Iván Moreno Velásquez
Graduado de Maestría en Política y Evaluación Educativa
Buenas tardes, estimadas autoridades, colegas, amigos y familiares. Este día nos encontramos reunidos con alegría por concretar el sueño de dar un paso más en nuestra profesionalización. Reunidos con el corazón lleno de gratitud a la familia, los amigos, los compañeros, los docentes y las personas que nos acompañaron en todo este tiempo con sus gestos y palabras.
Hoy terminamos un ciclo que nos ha dejado muchos recuerdos de desvelos, muchas esperanzas, tristezas, alegrías. Superamos un reto que fue asumido por todos con valentía, constancia y resiliencia. Este desarrollo profesional implicó el fortalecimiento de habilidades y competencias no solo de saberes disciplinares, sino de formas de ser, actuar y convivir orientadas hacia un compromiso social.
Es por ello que este día es oportuno reflexionar sobre la tarea que tenemos como profesionales en estos nuevos contextos y realidades que se nos presentan. La UCA nos ha formado para estar arrojados a la realidad, hacernos cargo de ella y subvertirla desde los rostros de los más necesitados, desde esa pluralidad de voces.
En estos tiempos es necesario asumir con firmeza la responsabilidad social que tenemos como profesionales y, como dijo Ellacuría, “hacer todo lo posible para que la libertad sea la victoria sobre la opresión, la justicia sobre la injusticia y el amor sobre el odio”.
En este sentido, cada uno de nosotros tiene una tarea esperanzadora: ser voz y verdad, ser micrófono de justicia y solidaridad. Esa “tarea liberadora” que nos ha enseñado la UCA es hoy un modo de ser profesional en esta historia.
Es así que los diferentes retos que tendremos como profesionales deben ser afrontados con una actitud crítico-liberadora que siempre busque los caminos de la equidad, la inclusión y la democracia, para la construcción de un país que respete la dignidad humana.
Para esta misión que asumimos al graduarnos, será necesario que tengamos una ética firme, la brújula puesta en la sociedad que queremos construir, la mente en un discernimiento constante, el corazón lleno de rostros y una voz valiente. La exigencia de ser profesional hoy es ser “voz de otras voces” que son excluidas y discriminadas.
Ellacuría nos señala que “los profesionales de la UCA tendrán inspiración cristiana cuando, además de hacer el mayor bien posible a los demás desde la profesión adquirida, tomen como tarea prioritaria la de buscar su bien, el de su familia y el de todos los demás, poniendo los ojos en lo que las mayorías populares necesitan para superar la pobreza, la marginalidad, la injusticia, la falta de libertad y participación”.
Por tanto, este acto solemne de graduación no se limita a la alegría por un ciclo terminado, sino que se amplía a un compromiso que juntos hemos asumido hoy. El compromiso de ser, desde la diversidad de profesiones y perspectivas, luz en estos momentos difusos, caminando todos en la construcción de espacios de respeto, tolerancia, democracia y equidad.
Alegremos nuestro espíritu por una etapa que termina y por un compromiso que inicia. Que el horizonte de otra realidad posible para nuestro país sea nuestra esperanza. Muchas felicidades a todas y todos.